El Piuchén (Pihuchén, Pihuychén, Pihuichén, Piwuchén o Piguchén) es el vampiro de la mitología mapuche y chilota que se alimenta de sangre humana. Aunque puede atacar al ser hombre, más comúnmente se alimenta de la sangre que succiona de las ovejas, cabras u otros animales de granja.
APARIENCIA
Es un ser de mediano tamaño, y suele ser descrito de muchas formas; la más común es de culebra voladora, (imagen similar a la del dragón Quetzalcoatl, la serpiente emplumada de Centroamérica, o las Anfipteras egipcias). En su forma de serpiente se dice que sus alas sólo le crecen cuando ha llegado a su edad madura; cuando es adulto puede volar a su antojo y el batir de sus alas es tan poderoso que puede derribar grandes árboles e incluso levantar gigantescas olas que hacen naufragar las embarcaciones que estén cerca de él; es como todo dragón una representación de los fuertes vientos.
Suele también ser representado con forma de rana, ave, pez, murciélago y hasta forma similar a los hombres —Un poco la imagen del mito moderno del vampiro trasladado a estas tierras—. Se dice además que su cuerpo estaría cubierto de espinas que asemejan el pasto o los arbustos de ramas retorcidas —un disfraz para pasar desapercibido entre los arboles donde se oculta—, también se le describe con ganchosos cuernos. Imagen y comportamiento en este vampiro permite equipararlo al moderno mito del chupacabras (otro ser que se alimenta de sangre y cuya forma no es conocida y es descrito desde apariencia de perro a una criatura similar a un canguro con espinas a todo lo largo de su espinazo).
Se cree que esta criatura acostumbra a vivir cerca de los lagos y ríos, y durante el días y las noches de calor extremo se oculta entre las ramas de los árboles; su presencia es observable por el excremento rojo sangre que chorrea de los árboles en donde vive. También se puede saber de su presencia al escuchar los agudos silbidos estridentes. Sus malos olores y su aliento suelen provocar lesiones similares a la sarna.
Fuente: http://arescronida.wordpress.com/2008/02/
LEYENDA
Según los mapuches esta criatura generalmente era una serpiente alada que habitaba en los bosques. Sus alas con las que vuela a voluntad le crecerían cuando ha llegado a su edad madura. Presentaría una longevidad increíble y al llegar a la vejez, se transformaría en un pájaro del tamaño de un gallo o un pavo joven; pero igual de sanguinario como su otra forma. Además se caracterizaría por tener una fuerza tan poderosa que puede derribar grandes árboles; y en Chiloé incluso se dice que esta criatura puede levantar gigantescas olas que hacen naufragar las embarcaciones que estén cerca de él.
Esta criatura se alimentaría de sangre, y comúnmente estaría adherida al interior de los troncos huecos de los árboles, en las noches y en los días de calor excesivo. Las personas pueden saber a donde ha estado, porque deja huellas de sangre mediante un excremento rojo que chorrea de los árboles en donde vive y se oculta durante el día. También se puede saber de su presencia al escuchar los agudos silbidos que emite estridentemente.
Se cree que esta criatura acostumbraría a vivir cerca de los lagos y ríos, donde su presencia ocasiona gran pánico; ya que se cree que produce una sustancia tan irritante que al ser transmitida por el aire o por el agua, ocasionando erupciones en la piel muy similares a la sarna. Además aquellos que tienen la desfortuna de contemplarlo, podrían ser petrificados con su intensa mirada, para que luego esta criatura les pueda succionar la sangre; con lo cual pueden llegar a morir. Igualmente, se cree que cuando los habitantes de una casa se van volviendo extremadamente flacos, y ya se ha descartado la presencia del Colo Colo o el Basilisco chilote; su enfermedad sería producto de esta criatura.
Se dice que esta criatura, aunque puede atacar al ser humano, esto es muy excepcional; y más comúnmente se alimentaría de la sangre que succiona de las ovejas, cabras u otros animales; pero no haría daño alguno en los rebaños de cabras u otros animales de color blanco. Se dice que cuando enflaquece el ganado sin una causa aparente, es producto de esta criatura. En algunos campos, a los rebaños de ovejas se les ponen seis o más cabros, pues la sangre de estos animales es muy fuerte y ahuyenta a los pihuchenes.
PROTECCIÓN
Se dice que la gente y cuadrúpedos solo quedarían a salvo si se trasladan a otros lugares, o al quedar interponiéndose entre ellos y esta criatura tipo vampiro, un río o un estero. Pero si por diversos motivos no se puede abandonar el lugar donde estaría alimentándose esta criatura, sólo se puede combatir a este mal mediante la intervención de una Machi que conozca la ceremonia mágica para ahuyentarlo del lugar. Igualmente se dice que para matarlo, se puede cubrir con una tela fuerte, el árbol en que está escondido, para que así no pueda huir esta criatura, y en seguida se debería prender fuego al árbol.
Suele también ser representado con forma de rana, ave, pez, murciélago y hasta forma similar a los hombres —Un poco la imagen del mito moderno del vampiro trasladado a estas tierras—. Se dice además que su cuerpo estaría cubierto de espinas que asemejan el pasto o los arbustos de ramas retorcidas —un disfraz para pasar desapercibido entre los arboles donde se oculta—, también se le describe con ganchosos cuernos. Imagen y comportamiento en este vampiro permite equipararlo al moderno mito del chupacabras (otro ser que se alimenta de sangre y cuya forma no es conocida y es descrito desde apariencia de perro a una criatura similar a un canguro con espinas a todo lo largo de su espinazo).
Se cree que esta criatura acostumbra a vivir cerca de los lagos y ríos, y durante el días y las noches de calor extremo se oculta entre las ramas de los árboles; su presencia es observable por el excremento rojo sangre que chorrea de los árboles en donde vive. También se puede saber de su presencia al escuchar los agudos silbidos estridentes. Sus malos olores y su aliento suelen provocar lesiones similares a la sarna.
Fuente: http://arescronida.wordpress.com/2008/02/
LEYENDA
Según los mapuches esta criatura generalmente era una serpiente alada que habitaba en los bosques. Sus alas con las que vuela a voluntad le crecerían cuando ha llegado a su edad madura. Presentaría una longevidad increíble y al llegar a la vejez, se transformaría en un pájaro del tamaño de un gallo o un pavo joven; pero igual de sanguinario como su otra forma. Además se caracterizaría por tener una fuerza tan poderosa que puede derribar grandes árboles; y en Chiloé incluso se dice que esta criatura puede levantar gigantescas olas que hacen naufragar las embarcaciones que estén cerca de él.
Esta criatura se alimentaría de sangre, y comúnmente estaría adherida al interior de los troncos huecos de los árboles, en las noches y en los días de calor excesivo. Las personas pueden saber a donde ha estado, porque deja huellas de sangre mediante un excremento rojo que chorrea de los árboles en donde vive y se oculta durante el día. También se puede saber de su presencia al escuchar los agudos silbidos que emite estridentemente.
Se cree que esta criatura acostumbraría a vivir cerca de los lagos y ríos, donde su presencia ocasiona gran pánico; ya que se cree que produce una sustancia tan irritante que al ser transmitida por el aire o por el agua, ocasionando erupciones en la piel muy similares a la sarna. Además aquellos que tienen la desfortuna de contemplarlo, podrían ser petrificados con su intensa mirada, para que luego esta criatura les pueda succionar la sangre; con lo cual pueden llegar a morir. Igualmente, se cree que cuando los habitantes de una casa se van volviendo extremadamente flacos, y ya se ha descartado la presencia del Colo Colo o el Basilisco chilote; su enfermedad sería producto de esta criatura.
Se dice que esta criatura, aunque puede atacar al ser humano, esto es muy excepcional; y más comúnmente se alimentaría de la sangre que succiona de las ovejas, cabras u otros animales; pero no haría daño alguno en los rebaños de cabras u otros animales de color blanco. Se dice que cuando enflaquece el ganado sin una causa aparente, es producto de esta criatura. En algunos campos, a los rebaños de ovejas se les ponen seis o más cabros, pues la sangre de estos animales es muy fuerte y ahuyenta a los pihuchenes.
PROTECCIÓN
Se dice que la gente y cuadrúpedos solo quedarían a salvo si se trasladan a otros lugares, o al quedar interponiéndose entre ellos y esta criatura tipo vampiro, un río o un estero. Pero si por diversos motivos no se puede abandonar el lugar donde estaría alimentándose esta criatura, sólo se puede combatir a este mal mediante la intervención de una Machi que conozca la ceremonia mágica para ahuyentarlo del lugar. Igualmente se dice que para matarlo, se puede cubrir con una tela fuerte, el árbol en que está escondido, para que así no pueda huir esta criatura, y en seguida se debería prender fuego al árbol.
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