miércoles, 20 de enero de 2010

Supersticiones - 4 parte

TRANSFORMACIONES                          
Vampire Extreme Makeover

Tal vez no lo sepan, pero para el folklore, los vampiros somos como los espíritus vengadores de "La niebla" (versión original de 1979, John Carpenter): "Aún si las personas se encierran en sus casas, no están a salvo del vampiro, porque puede entrar por las chimeneas y las cerraduras. Por lo tanto, se deben untar las chimeneas y las cerraduras con ajo, como así también las ventanas y las puertas." (McNally & Florescu) ¿Qué pasa entonces con eso de "pedir permiso", esa idea tan British de cortesía? Perdone Mr, pero ¿puedo pasar a su casa a morderle el cuello? Si es tan amable de abrirme la puerta... "Cuidado con la hospitalidad" parecería ser la moraleja. O a la inversa. La escena en la que Jonathan Harker pasa el umbral del castillo de Drácula suele ser de verdadero suspenso. Es como entrar al infierno por propia voluntad. Pero me estoy yendo por las ramas...
Supongo que esta concepción metamórfica del vampiro proviene de la mitología. El irlandés Stoker también ayudó mucho al respecto, al darle poderes a su antihéroe que envidiaría el protagonista de "Manimal" (1983). Por empezar, él es el culpable de vampiros encapotados convirtiéndose en murcielaguitos. "La forma del murciélago parece haber sido de hecho una creación de Stoker. Antes de él, existían en el folklore vampiros que se transformaban en distintos animales, pero aparentemente no en murciélagos" (Biblioteca Time Life). El único Drácula/Murciélago decente es el de Francis Ford Coppola, quien decidió efectuar una innovación al viejo mamífero alado colgado de hilos.  En esa misma película tenemos al Drácula/Hombre-lobo en una escena para ver en cámara lenta ya que para el ojo atento, cuando Drácula ataca a Lucy en su forma animal, hay inserto un fotograma de Gary Oldman a cara lavada justo antes del fundido a blanco. Aquí el vampiro se asimila al licántropo, su pariente más cercano.
La palabra "licántropo" proviene de la fusión de dos palabras griegas: lobo y hombre. La leyenda del primer hombre-lobo aparece en el poeta latino Ovidio y cuenta cómo el rey Licaón cocinó a una de sus víctimas y se la sirvió a Zeus-Júpiter (era la época en la que los dioses del Olimpo se paseaban entre los mortales). Ante esa ofrenda impía, el enfurecido dios lo convirtió en lobo. Sin embargo, el primer relato no mitográfico de hombres-lobo se encuentra en Petronio LXII:

"Forte dominus Capuae exierat ad scruta scita expedienda. Nactus ego occasionem persuadeo hospitem nostrum, ut mecum ad quintum miliarium veniat. Erat autem miles, fortis tanquam Orcus. Apoculamus nos circa gallicinia; luna lucebat tanquam meridie. Venimus inter monimenta: homo meus coepit ad stelas facere; sedeo ego cantabundus et stelas numero. Deinde ut respexi ad comitem, ille exuit se et omnia vestimenta secundum viam posuit. Mihi anima in naso esse; stabam tanquam mortuus. At ille circumminxit vestimenta sua, et subito lupus factus est. Nolite me iocari putare; ut mentiar, nullius patrimonium tanti facio. Sed, quod coeperam dicere, postquam lupus factus est, ululare coepit et in silvas fugit. Ego primitus nesciebam ubi essem; deinde accessi, ut vestimenta eius tollerem: illa autem lapidea facta sunt. Qui mori timore nisi ego? Gladium tamen strinxi et umbras cecidi, donec ad villam amicae meae pervenirem. In larvam intravi, paene animam ebullivi, sudor mihi per bifurcum volabat, oculi mortui; vix unquam refectus sum. Melissa mea mirari coepit, quod tam sero ambularem, et: 'Si ante, inquit, venisses, saltem nobis adiutasses; lupus enim villam intravit et omnia pecora tanquam lanius sanguinem illis misit. Nec tamen derisit, etiamsi fugit; senius enim noster lancea collum eius traiecit'. Haec ut audivi, operire oculos amplius non potui, sed luce clara Gai nostri domum fugi tanquam copo compilatus; et postquam veni in illum locum, in quo lapidea vestimenta erant facta, nihil inveni nisi sanguinem. Vt vero domum veni, iacebat miles meus in lecto tanquam bovis, et collum illius medicus curabat. Intellexi illum versipellem esse, nec postea cum illo panem gustare potui, non si me occidisses. Viderint quid de hoc alii exopinissent; ego si mentior, genios vestros iratos habeam." 
Texto en castellano (La traducción de este fragmento es sencilla, pero no tengo ganas de hacerlo. Informo, eso sí, que las dos últimas oraciones del texto latino no están traducidas)

El caso más famoso de un supuesto licántropo sucedió en Francia entre 1764 y 1767 con la llamada "Bestia de Gevaudan". Una versión:






Pero, por útil que parezca (aunque incómodo), los vampiros no somos animagos. Claro que ahora que lo pienso ¡Drácula es Sirius Black!


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